El perro es conocido como el mejor amigo del hombre y esta relación se ha construido a lo largo del tiempo a través de la evidencia de lealtad y confiabilidad entre ambas partes. Hoy en día, la sociedad ve a los peludos como miembros de la familia, que tienen las mismas ventajas que cualquier otra persona en el hogar. Para los perros, en cambio, los seres humanos son sus protectores, quienes les brindan todo lo necesario para sobrevivir.
Esta relación de amor y compañerismo entre perro y hombre acaba siendo beneficiosa en sentidos aún más amplios, como la salud. Vivir con un animal, participar en juegos, caminar e incluso el contacto directo con la mascota, pueden ser soluciones para complementar tratamientos alternativos para diversas afecciones, incluido el autismo.
Según varias encuestas, los niños y adolescentes autistas, que crecen junto a una mascota, tienen más probabilidades de convertirse en adultos con un mayor desarrollo de sus habilidades y con un mayor índice de socialización. Pero para comprender cómo los perros ayudan a las personas con autismo, es importante comprender de qué se trata esta afección.
¿Qué es el autismo?
Teniendo en cuenta el último Manual de Salud Mental (DSM-5), el autismo no es un problema de salud aislado, sino que está relacionado con otros trastornos como el trastorno desintegrativo infantil, el trastorno generalizado del desarrollo (PDD-NOS) y Síndrome de Asperger. Por lo tanto, los expertos fusionan todos estos problemas en uno, llamado trastornos del espectro autista (TEA).
Para el sitio web Autism and Reality, el TEA es causado por trastornos en el desarrollo cerebral antes, durante o después del nacimiento e implica dificultades en la comunicación y comportamientos repetitivos.
“El TEA puede estar asociado con discapacidades intelectuales, dificultades con la coordinación motora y la atención y, a veces, las personas con autismo tienen problemas de salud física, como trastornos del sueño y gastrointestinales, y pueden tener otras afecciones como el síndrome de déficit de atención y hiperactividad, dislexia o dispraxia. En la adolescencia pueden desarrollar ansiedad y depresión ”, informa el sitio web.
Cómo los perros pueden ayudar a los autistas
Pensando en cómo actúan los perros en la vida de los seres humanos, algunas instituciones de educación superior y unidades médicas decidieron profundizar en la relación entre perros y tutores. Uno de los estudios fue realizado por la Universidad de Montreal, Canadá, que demostró la efectividad de las mascotas para reducir la ansiedad en niños autistas. Con 42 pacientes, los expertos pudieron percibir su bajo nivel de estrés cuando estaban en contacto con perros.
En cuanto a la Universidad de Missouri, en Estados Unidos, cuando los niños y adolescentes crecen con un perro, terminan mejorando sus habilidades sociales. Para ello, los investigadores compararon la creación de pacientes con y sin perros en casa. El resultado muestra que hay una mayor socialización en el caso de los niños que convivían con un peludo.
Los expertos del Hospital de Brest en Francia observaron a 260 adultos y niños autistas. La conclusión de la investigación muestra que el comportamiento social de los pacientes es mejor cuando comienzan a interactuar con perros a partir de los 5 años. Con los animales, las personas autistas tienen más confianza y apoyo. De esta manera, es visible cuánto pueden aportar los perros a los autistas.